Con Abrevadero Postmedieval, el Á.S.M. vuelve a sus raíces; esta bella obra de arte como herramienta para la sociedad está realizada en nuestro Granito Abulense™ del güeno, y se ubica en plena acera, a la puerta de una vivienda unifamiliar de la Plaza de San Benito. Desconozco si es una ubicación temporal causada por las obras de remortadelación y estreñimiento urbano (que también han llegado a la citada plaza), o si lleva más tiempo, pero ahí estaba. La foto es algo crepuscular, porque me pilló volviendo de tomar unas cañas en ese popular y populoso barrio abulense; pero creo que hace justicia al estado del monumento.
Lo simpático de estas antiguas obras es que suelen estar realizadas a mano en una sola pieza de granito; recuerdo que en casa de mis abuelos, en el pueblo, había una de la misma factura, pero casi el doble de larga y ancha (algo menos profunda, eso sí) que usaba mi tía para lavar la ropa y otras tareas agropecuarias. Cuando se lo dije a mi padre (maemía qué animalada, tallar esto en un bloque de granito) me señaló que el brocal del pozo también estaba hecho de una pieza, vaciada para hacer un cilindro de más de un metro de alto y otro tanto de diámetro; según sus datos ambas las hicieron canteros de Mingorría* hace más de un siglo por el equivalente de 7 jornales; incluyendo el transport, la instalación y la garantía ampliada de 6 siglos. Pa´ flipar.
Una vez suprimida su funcionalidad original, estas obras pasan a ser verdaderas esculturas, pues son bonitas y se convierten en piezas de artesanía que de alguna manera nos recuerdan que el esfuerzo y el trabajo duro al final de la vida terminan siendo poco más que un adorno folklórico.
(*) «Mingorría, capital de Euskal Herría» según se cantaba en las fiestas; pues esta bella localidad fue fundada por presuntos vascos y es tierra de cantos y de canteros.