Como segundo elemento de esta serie «Ávila Street Museum» hemos querido elegir esta obra denominada «Las trébedes de Loki», quizá porque suele pasar desapercibida para los turistas, que, ávidos de chuletón, no se detienen a contemplar las pequeñas maravillas que esconde nuestra ciudad.
Todo en esta obra es misterioso. Para empezar, se ubica en el Paseo de Emilio Rodríguez Almeida, que si lo buscáis en Maps, no lo encontraréis; es como lo del andén 9 y 3/4. Tenéis que ir a la Calle de San Segundo y, una vez allí, atravesar con decisión la barrera invisible que separa la acera del jardincillo pegado a la muralla, frente a la droguería Perdiguero (donde compro el alcohol isopropílico, por cierto). Mágicamente, os encontraréis en el paseo dedicado a este insigne historiador.
La obra fue encontrada durante las obras de demolición de la Iglesia de Santo Domingo; concretamente, en la furgoneta del contratista. Se cree que es una copia postmedieval de un original griego de Praxíteles, y combina la mitología nórdica con el refranero castellano. Por un lado, Loki es el dios de las trampas, que cambia de forma a voluntad; y por otro, sobre las trébedes existe una antigua maldición castellana : «Las vas a pasar más putas que el que se tragó las trébedes». Así pues, esta obra representaría unas extrañas trébedes; tramposas y difíciles de tragar, salvo para Loki.
Me decepciona la entrada. Todo Ávila lleva años esperando quien desvele las iniciales que se esconden en claro (y oscuro) jeroglífico, que según la leyenda será el próximo alcalde que por fin vuelva a traer la Hípica a la ciudad. Qué Loki ni qué loca…
El alcalde será el que sea capaz de liberar las trébedes de la piedra. Sólo el verdadero alcalde será capaz de obrar el milagro.
Como medio de elegir un alcalde me parece la segunda mejor opción justo detrás de un juicio por combate…
No se olviden ustedes de comentar la simpar escurtura de la nuestra reina del reino de Castilla, la simpar Isabel que está ubicada un poco más al sur de las trébedes, caminando al paseo del Rastro. Ej que yo no sé si calificarla de feorromanticona, feomierdosa o puesta ahí para foder un poco más la muralla.
La tengo apuntada; de hecho ya he hecho alguna foto, pero no consigo pillarle el ángulo bueno…