
El Periscopio es un edificio bastante antiguo, medieval. Está adosado a la muralla por el lado de dentro, y es posible que formase parte del (desaparecido) palacio del rey Alfonso VII (el “rey niño” para los abulenses). Del resto del palacio (que luego fue del obispo, podríamos hablar ya del «periscopio episcopal») apenas quedan algunos elementos, como un arco de la puerta que daba a la plaza de la catedral o su intercambiador de teletransporte.
El nombre de periscopio se debe a que Alfonso Hijo, acongojado y parapetado tras las murallas, oteaba desde ahí, con un chisme de esos típicos de la guerra en las trincheras, para poder ver por encima de las almenas sin que te arreasen los ballesteros enemigos. Razón tenía, pues el que tenía que venir (y vinió) fue su padrastro, el rey Alfonso I de Áragorn, con aviesas intenciones: quería cargárselo o al menos controlarlo para dominar también León, que estaba bajo el reinado o la regencia (según el día) de Doña Urraca, hija del anterior rey (Alfonso VI), mamá del susodicho niño (sería el VII de su nombre) y esposa -mal avenida- del Alfonso* I el maño.

Alfonsín sólo se atrevió a salir por encima de la muralla para posar en la foto oficial** (la que tenemos en el escudo). El resto del tiempo estuvo escondido. Por cierto, en el photocall se puede ver el nombre completo de nuestra ciudad antes de que fuera también Smart City y Accesible Por Mis Webs: Ávila del Rey, de los Leales y de los Caballeros***.

El Periscopio se encuentra técnicamente en el Corralón Carmen Pedrosa; pero casi nadie de Ávila sabe que ese recinto se llama así, esto es «el patio del periscopio» o «la entrada de la biblioteca». Tiene una entreplanta y una postplanta, a la que se sube mediante una escalera de acceso algo peligrosa, disuasoria; sobre todo en tiempo de inclemencia meteorológica. El Periscopio actualmente está destinado a albergar actividades culturales, con un denominador común: tienen que ser aburridas; apropiadas para jubilados, gafapastas o bohemios de distinto pelaje y contrición.

(*) Se ve que se llevaba el nombre de Alfonso, como los Yonatan en los 90 y los Ían ahora.
(**) El escudo abulense tuvo un himno/copilla dedicado al rey niño:
Asomado a la ventana
Sacas medio cuerpo fuera
Ahora saca el otro medio
Ya verás que os##a te pegas
(***) La leyenda del escudo alude a «Los Leales» y «Los Caballeros», que fueron dos famosos bares de Ávila (buenísmios aperitivos); el segundo hasta tuvo una discoteca debajo.