Qué pasa, tronco

Llega a nuestra sección una de las rotondas que inaugura una serie de «rotondas baratas». La época postburbujil fue todavía peor para Ávila que la época postmedieval, y -en el tema rotondero- dio lugar a una serie de erecciones caracterizadas por la escasez de fondos, suplida con creces por una escasez de imaginación sin precedentes y -en ocasiones- con un exceso de improvisación.

En una de las rotondas de la AV-500 (Carretera de Ávila a El Espinar), cocrétamente en la intersección con las calles Cronista Ruiz Ayúcar y Av. de la Unión Europea, se ubica este tarugo (probablemente, de un olmo, aunque no lo puedo confirmar). Todo en su disposición refleja este estilo postburbuja al que aludíamos, de tal manera que el transeúnte sólo puede exclamar «pa eso mejor haberlo dejao como estaba».

En fin, el arte es todo aquello que nos causa emociones, y este tronco tirao de cualquier manera nos las causa. Así que demos por buena esta hovra, que recuerde a las generaciones futuras que alguien en algún momento pensó que eso hacía bonito. Como el tronco que hay en la rotonda del Cylog, por cierto, todavía más cochambroso.

A VER, PINTADLO DE ARCO IRIS, PONED UNA POESÍA DE MACHADO ALREDEDOR, COLOCADLO AL REVÉS CON UN NIDO DE CIGÜEÑA ENCIMA, O NO PONGAIS NADA.

Segunda unidad al 50%

Continuamos con las entradas dedicadas a Santa Teresa con un Pack Descuento. Porque, de la misma manera que a veces, cuando compras el champú, te viene emplastificao tojunto con un botecillo de suavizante de regalo, con la figura anterior (Qué he hecho yo para merecer esto) venía incluido esta otra, formando lo que parece ser un Jrupo Hescultórico. Muy disjunto, por otra parte; comparen vuesas mercedes el estilo más moenno de la anterior escultura, que parece surgir del bloque de piedra inacabado, con este chirimbolo estilo good ol’ days, que lo mismo podría parecer un monumento al leninismo que una pieza dedicada a los 25 años de paz.

Las air jordan postmedievales

He tratado de analizar e interpretar la obra, y es complicado decir algo coherente sobre ella. O incoherente. Vamo a ello. Al principio pensaba que las dos figuras de abajo eran una anunciación, pero en la wiki pone que las 3 figuras son ángeles (enzerio, yo tengo mis dudas). A ver (afoto ut supra) el que sujeta el libro está levitando, lo que ya de por sí da idea de que algún superpoder tiene que tener, pero fíjense bien en la siguiente imagen:

Fiat y no corras

El ángel de abajo -si es que lo es- no levita, es algo duro de oído y no tiene cabello de ángel como los otros (me refiero a los pelos, no al relleno de bayonesas o ensaimadas) y posa la mano en plan «puedo prometer y prometo» sobre un libro que sujeta el ángel levitador; en el libro se lee la siguiente frase: fiat voluntas tua sicut in caelo et in terra, que podríamos traducir como «Tu Fiat es como mi Seat pero en otras tierras». Por lo tanto, tampoco es una anunciación (en ese caso, la frase sería «Fiat mihi secundum verbum tuum«, que es un modelo de Fiat distinto). Podría ser -aquí va mi teoría- la propia Santa Teresa ante un notario, al formalizar el préstamo de la compraventa del coche, por ser importe superior a 30.000 €.

Si seguimos ascendiendo, veremos una posible finalidad de la estatua, y es la de servir de posadero a la fauna abulense. Un bello ejemplar de Passer domesticus nos contempla, altivo y circunspecto:

Gurriato

Para rematar la escultura, el ángel superior está sujetando… o bueno, en realidad no está sujetando, una estrella de cuatro puntas que flota sobre las ondas; es el símbolo de la OTAN, por lo que podría ser el Ángel Exterminador. Y, por cierto, ¿qué son esos brazos dislocados que aparecen trincando la estrella? ¿Las manos invisibles del mercado?

¿Josep Borrell?

Concluyendo, esto no tiene ni pies ni cabeza, pero sabemos que está relacionado de alguna manera con Santa Teresa (lo ponía en el ticket de compra). Está en un rincón algo umbrío, bajo la torre más alta de la muralla y se ha ido cubriendo de verdín por la cosa de las inclemencias, lo que le da un cierto aire de abandono, pareciendo más antiguo de lo que es. Y, lo que es peor, queda eclipsado por las demás figuras que tiene a su alrededor y la gente no se hace selfies delante de él, por lo que, además de un incomprendido, quizá sea el más melancólico de nuestra ciudad.

Cylog

Aquí está la última entrada de junio en el Ávila Road Museum, ese museo disperso por las rotondas de nuestra amada ciudad. Hoy tenemos uno de los más innovadores, el Monumento al Cylog (ojo, se pronuncia «Fronkonstin»), ubicado en una rotonda del Paseo del Cementerio. Se trata de un chirimbolo de material grisáceo, colocado excéntricamente en una rotonda cochambrosa.

Y se preguntarán ustedes… ¿Qué cohone es un cylog? Los aficionados a la ciencia fricción o a la cocina molecular seguro que ya saben que los cylogs son criaturas humanoides similares a los golem, pero hechos de patatas revolconas en lugar de arcilla, y el chem está escrito en un torreznillo. Para los no iniciados, el chem contiene las instrucciones cargadas en su cerebro biónico, que le servirían para desenvolverse en nuestra ciudad; con frases como «ponte la rebequita que luego refresca», «¿qué tienes de pincho?», «pa ir allí tardas menos andando que en coche» o «la calefacción no se enciende hasta que no lo diga la Santa».

Hay quien sospecha que algunos de los próceres abulenses (alcaldes, obispos, delegados, cuneros…) podrían haber sido realmente cylogs, infiltrados por nuestros enemigos segovianos o por los separatistas de Arévalo; programados para parecer que hacen algo, pero que realmente han estado saboteando el progreso de nuestra ciudad, dejándola inmersa en el marasmo y la atonía; todo esto desde la época postmedieval u antes. Esta teoría conspiranoica incluso defiende que este monumento, que está como camuflao y sin llamar la atención, realmente sería un portal para acceder a las dimensiones-mazmorra desde las que se controlan los cylogs.

Segunda entrada consecutiva dedicada a Santa Teresa. Esta se denomina «Qué he hecho yo para merecer esto», y a diferencia de la anterior, su ubicación ya no es al 100% en la plaza de Santa Teresa, existen dudas de si está en esta plaza, o si eso ya es el Paseo del Rastro, o si sigue siendo la Calle San Segundo, o el jardín Rodríguez Almeida. Pero vamos, que está enfrente de la otra.

Si la primera estatua de la Tere, la que corona la palomilla, la muestra un poco extática y agarrando un libro cerrao; en ésta, con su pose, parece preguntar a los cielos «por qué a mí», sin duda, refiriéndose a la dispersión de sus restos. Porque, a pesar de que cuando veía próxima la muerte pidió ser enterrada en cualquier sitio bien tapado, poco le duró el descanso. Para empezar, murió el 4 de octubre de 1582, y fue enterrada al día siguiente, el 15 de octubre. Ni el calendario se portó bien.

Inicialmente fue sepultada donde le pilló la parca, en Alba de Tormes. El obispo de Ávila quiso trasladarla a nuestra ciudad, pero no contaba con que aquella localidad salmantina, si bien de menor rango que su episcopado, era la patria chica del ducado más famoso y jrande de España, y el duque le dijo al obispo que calladito estaba más guapo. Pero lo que no pudo evitar es que empezase el despiece…

Ronda de marcadores, minuto y resultado:

  • El brazo izquierdo y el corazón, en unos relicarios junto al cuerpo incorrupto (o lo que queda), en Alba de Tormes.
  • El pie derecho, parte de la mandíbula superior y del cráneo, y varios dientes están en Santa María della Scala y San Pancracio, Roma.
  • Una mano en Lisboa.
  • El ojo izquierdo y la otra mano (que Franco conservó hasta su muerte), en un convento de Ronda.
  • Tráquea, en Nápoles
  • Clavícula derecha y uno de sus dedos, en Bruselas (Bélgica)
  • Clavícula izquierda, en el convento de San José de Ávila
  • Dedo meñique de la mano izquierda: Iglesia-convento de la Santa (Ávila)
  • Más dedos, en París (Nuestra Señora de Loreto), Sanlúcar de Barrameda, Roma (Convento de Medina Coeli), Sevilla, Gante, Amberes.
  • Una costilla en el Desierto de Sant Angelo (Lombardía)
  • Muelas, dientes y uñas, en Toledo, Santiago de Compostela, Puebla (Méjico), Milán, Nápoles Malagón.
  • Trozos de carne, en los conventos de Carmelitas descalzas de Madrid, Valladolid, Malagón, Salamanca, Segovia. Beas de Segura, Villanueva de la Jara, catedral de Nápoles, basílica de Santa María la Mayor de Roma.
  • Trozos de huesos, en los conventos de carmelitas descalzas de Palencia y Sevilla.

La escultura, para no sufrir el mismo destino, está realizada en pedrusco postmedieval del caro. Y forma parte de un grupo escultórico (al parecer, venía incluido en el precio) que se complementa con un obelisco-chirimbolo que se encuentra detrás, y que detallaremos en el siguiente post.

Bosón de Higgs

Como dijo el sabio, «la cencia no se ace sola, ahi que acerla». Y en esta rotonda, denominada Glorieta Isabelo Álvarez, se ubica uno de los monumentos más centiéficos de Ávila, el monumento al Bosón de Higgs, inaugurado recientemente. Siguiendo la moda, está realizado en fierro morroñoso; pero con la particularidad de utilizar nuestro pavimento favorito -¡el adoquín!- como medio de expresión artít-tica.

Como podrán observar vuesas mercedes, el bosón es una partícula fundamental, representada por la esfera morroñosa que saldría disparada desde nuestro LHC (Large Hadroquin Collider) para ser detectada con su campo asociado (representado por una figura envolvente espiralidosa, también de fierro morroñoso). Junto con los adoquines, hasta la señal de tráfico parece participar en este bello homenaje, indicando cómo giran los haces de partículas a velocidades rapidísmias, siguiendo los caminos marcados por los campos magnéticos y (en su caso) la policía municipal.

Las partículas pueden salir disparadas hacia la C/Canteros, al Paseo de la Encarnación, al Paseo del Cementerio en dirección Ávila, al Jardín de la Viña, a la C/Félix Rodríguez de la Fuente, o al Paseo del Cementerio en dirección al susodicho. Todo es supersimétrico en esta rotonda. Incluso los adoquines están mejor colocados que en algunas calles.

La palomilla

En estas fechas veraniegas de orgía y desenfreno he dejado programadas algunas entradas para el Street Museum relacionadas con Santa Teresa, una de nuestras patronas (que tenemos varias). Comenzamos por su más alta efigie, una escultura como de un autobús de altura, dedicada conjuntamente a las Jrandezas de Ávila, pero coronada por Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada; incluso por encima de otra de las hojomeneadas, la ya citada en este bló, Isabel de Castilla, en un imperdonable error de protocolo.

Atiende al nombre de «La palomilla», no me pregunten por qué, y es una especie de «paseo de la fama» avant la lettre. En cada uno de los lados figura una relación de famosos abulenses: Santos, Escritores, Políticos y Guerreros (sic). Al parecer, no vale repetir, porque Teresa habría podido estar en todas, sobre todo en la de guerreros (preguntadle -con la ouija- a la Princesa de Éboli). La relación es postmedieval y no se renueva desde la inauguración del monumento, algo a lo que desde este bló animamos; pofavó, que será digno de ver la que se lía para ver quién aparece en alguno de los epígrafes. En la de políticos probablemente haya que establecer categorías por peso, como en el boxeo (y no estoy pensando en nadie en concreto). La de guerreros se completaría con deportistas y cortadores de jamón, que son lo más parecido que tenemos ahora en cuanto a defender nuestra bandera allende los mares.

El monumental monumento se ubica (oj, casualidad) en la Plaza de Santa Teresa (que los abulenses conocemos como «El Grande» o «El Tontódromo»). No está en el centro, aunque sí en su eje central; mirando hacia la muralla (y hacia otra estatua de ella misma, que todavía no podemos desvelar hasta que no aparezca en el bló) y con la Iglesia de San Pedro a sus espaldas. Durante unos 20 años estuvo en el Jardín del Recreo, en el lugar donde ahora podemos admirar la hovra «Jurassic Park«. Se trasladó a aquel parque conjuntamente con un bello templete músico-festivo que también estaba en la plaza de Santa Teresa (y que, en este caso, allí sigue), cuando la plaza se convirtió en un parking vigilado por «El Fórmula», famoso gorrilla abulense que, injustamente, no figura en la relación del monumento, siendo -en su momento- más conocido que la mayoría de ellos.

Metaaaal

Llega al Ávila Road Museum una bonita y reluciente hovra denominada «Compañeros del Metaaaal». Se encuentra en la Plaza del Ejército (de La Flor Valenciana, para los locales) en otra rotonda triangular (como la de Los Tres Cerditos), pero que con la semipeatonalización de la plaza ha disimulado su condición de figura rotondera. Sin embargo, en su origen lo era.

A diferencia de la mayoría de piezas metálicas que componen el Ávila Road Museum, ésta no está fabricada en fierro morroñoso, sino en un refulgente y bruñido metal inoxidable marca Acme. Y, como otros de los chirimbolos de nuestra ciudad, con una múltiple y metafórica dedicatoria. Por un lado, Compañeros del Metaaal hace referencia a los trabajadores de la antaño floreciente industria abulense del metal y la automoción. Por otro, es una dedicatoria al país considerado como el paraísö mündial del heavy metal: Finlandia.

Indudablemente, la elección de este metal, en detrimento del morroñoso, y su disposición en ordenado caos, también hace referencia a los bloques de hielo de la Fortaleza de la Soledad de Superman (la casa de verano del hombre de acero), ubicada un poco más al norte de Rovaniemi (en Finlandia, claro). Por si fuera poco, es gimnasio pokémon.

Por último, algunos ejpertos consideran que todo esto son pajas mentales. No duden en visitarla y expresar su opinión, a ser posible sin utilizarla como urinario público (véase la afoto), entrando por el otro lao.

Tumba

El camarada titular de este bló me ha pedido una explicación al monumento del Street Museum más cercano a su domicilio actual, y esta explicación que le debo se la voy a pagar. Se trata de la Tumba del Quinto Beatle Desconocido.

El cementerio más pequeño de Ávila, y uno de los más pequeños del mundo, está ubicado en la Plaza de Salamanca; lugar en disputa entre las calles Dr. Fleming y Avda de Portugal y que poca gente sabe que es una plaza. Y mucho menos, que es un cementerio. Un cementerio con una sola tumba, con una pradera de como 0,07 Bernabéus, y protegido por algunas coníferas y ciruelos.

Cuando en la época postmedieval comenzaron a aparecer las personas candidatas a la denominación de «El Quinto Beatle«, hubo una auténtica batalla campal por ser considerado el Único Quinto Beatle que dejó innumerables bajas (la mayoría, a manos de Yoko Ono). Uno de ellos fue a dar con sus huesos aquí, y como tal es honrado en este bello sepulcro. Y no, no es Apu Nahasapeemapetilon. Es des-co-no-ci-do. Cuenta la leyenda que algún día se alzará de su sepulcro y explicará el sentido real de la canción Lucy in the sky with diamonds.

La pieza está realizada en Granito Abulense, hábilmente tallado para que parezca antigua, hay quien dice que visigoda, aunque… ya tú sabeh lo que pasa con eso. La tapa se encuentra algo deteriorada como consecuencia del Crack de 1929. Y, lo más importante, hay alguien que le echa migas de pan a los gorriones, alrededor de la tumba, casi todos los días.

Casita de ladrillos de «Los 3 cerditos»

El Ayuntamiento de Ávila, siempre pensando en la infancia, colocó en esta rotonda (que es triangular, by the way) un bello símbolo de uno de nuestros cuentos favoritos: Los Tres Cerditos. Realizada en ladrillo visto, se ubica en la bajada de Santo Tomás (anteriormente, «Bajada del Alférez Provisional, Cadáver Efectivo»), en su confluencia con la C/ Dr. Jesús Galán.

El monumento representa la casa del cerdito listo y trabajador, que la hizo de ladrillos. Las casas de los otros cerditos no están, siguiendo la literalidad del cuento; porque los cerditos vagos, queridos niños, que las hicieron de paja o de palitos, vieron cómo el lobo soplaba y soplaba y sus casas derribaba. Así que la obra representa el final del cuento, con su dura moraleja: «la meritocracia crea una sociedad más justa, donde los logros personales se obtienen en función de los esfuerzos y las capacidades individuales».

El cerdito que vive dentro sigue lanzando proclamas por el ventanuco: «alquilar es tirar el dinero», «la vivienda nunca baja»o «menos samba y más trabajar», aunque el ruido del tráfico no siempre permite oírlas.

Gog y Magog

Alcanzamos con esta entrada la decena de obras del Ávila Street Museum, con un par de figuras que adornan la entrada principal a la Catedral: Gog y Magog. Como se ven desde la calle, pertenecen a nuestro ámbito del Street Museum. Vamos a explicar el origen y leyenda de estas bellas imágenes postmedievales. Y son postmedievales porque, aunque la Catedral sea muy medieval y mucho medieval, éstas figuras no lo son.

Ërase una vez un obispo al que se le puso en las narices trasladar la puerta principal original medieval desde el lado oeste al lado norte. Para que mirase hacia su episcopal palacio; como quien pide que le cambien la bañera por un plato de ducha. Hízose lo que pidió, y ahora esa puerta luce fermosa en el lado norte, pero si la visitáis y sus fijáis bien, veréis que de los 12 apóstoles (6 a cada lado), los dos de fuera ya no están colocados como los demás, porque no entraban en el hueco. Aparte, claro, hubo que hacer una puerta nueva para el lado oeste. Y ya se había terminado la edad media y agotado el presupuesto; por eso el pórtico está rematado con piedra de marca blanca que se deshace (en lugar del Granito Abulense™), la torre derecha está a medias y con una sobrechapuza de ladrillo, uralita y pladur.

Para adornar la nueva puerta, hartos de florituras, se labraron estos dos monstruos bíblicos. ¿Quiénes son Gog y Magog? Gog, el de la izquierda, es el demonio que llegado el fin de los tiempos castigará a los que te envían mensajes de audio por whatsapp cuando estás en el curro. Magog, a la derecha (al que además pusieron la cara de aquel obispo tocapelotas), es el que atizará con su enorme porra a los que no silencian el móvil en el teatro, en especial a uno que el otro día osó contestar en mitad de la obra para decir bajito «que no puedo hablar, que estoy en el teatro» y siguió viendo la representación tan tranquilo. «Le darán la del pulpo, le crujirán los acostillares, le reventarán el móvil y quedará sin datos ni wifi por toda la eternidad.» (Apocalipsis, 65:65). Así sea.