En el Ávila Road Museum tenemos el jhonor de presentarles una de nuestras maravillas escultórico-morroñosas, la dedicada a la torre-fortaleza Barad-Dur, conocida también como La Torre Oscura, Lugburz o Los Ojos de Sauron* (para nosotros, Torre Morroñosauron). Construída -obvio- en fierro morroñoso, se ubica en la rotonda de la plaza de toros, el punto donde se bifurcan la carretera de Toledo (N-403) y la de Burgohondo (AV-900).
Si en Madrid tienen una estatua dedicada al ángel caído, en Ávila, mucho más literarios, se la dedicamos al malvado** Señor Oscuro, cuyo ojo nos vigila desde su atalaya (intimida, intimida, mirad si no la foto panorámica del gúguelmaps). En la concepción inicial del monumento, ahí en lo alto, una poderosa llama, ardiendo perpetuamente, lo haría aún más visible y terrorífico; pero al precio que va el gas se desestimó la idea. Hay que decir que nos ha salido más barato que el obelisco de la Plaza de Castilla en Madrid (que llegó a dar vueltas durante un par de días antes de que alguien -sensatamente- lo parase).
(*) Sauron tenía dos ojos, la imagen mental que tenéis los que habéis visto la pelicula es de un gran ojo, pero por lógica, en la torre pondría los dos. No es lo mismo para mirar por el palantir, que es algo así como su catalejo, y se arrima sólo con uno,
(**) Malvado, porque la historia la narran los vencedores, elfos de mierda, claro; en caso contrario ahora lo estaríamos llamando «Sauronísimo por la Gracia de Morgoth».