El origen de este singular adifisio se sitúa en la década de los años 50 del siglo XX para alojar la Delegación Provincial de Sindigatos. En el centro de esta imagen que ya empleó Supermon para hablar del Acueducto de Ávila se puede apreciar el adifisio recién construido en 1957 en todo su esplendor.
El nombre original puede resultar engañoso: Delegación Provincial de Sindigatos. En realidad, tras el triunfo de los sublevados contra la II República, todos los sindigatos de clase son ilegalizados y todos los trabajadores y empresarios deben afiliarse a la Organización Sindigal Española, también conocida como Sindigato Vertical. Este nombre también resulta engañoso, ya que podría evocarnos gatos en actitud erguida, cual suricatas, cuando en realidad este Sindigato Vertical tenía más bien este aspecto.
En la actualidad el adifisio permanece prácticamente igual que cuando se construyó. Se le sigue denominando popularmente el adifisio de sindigatos. Lo cual también resulta engañoso, dado que el 60% del mismo está ocupado por la patronal y no por organizaciones sindigales. Y sigue siendo una ruina energética porque la misma patronal que lo ocupa se opone sistemáticamente a gastar un euro en mejorarlo.
¿Entonces en el edificio conviven los sindigatos con los aristogatos?
¡Qué mala es la patronal! ¡Qué buenos son los sindicats!