Continuando con eso de rescatar las cosas de los judíos y las judías del Barco (denominación de origen calificada), hoy llegamos a Sefarad el Jardín, una serie de pedruscos dispersos por donde estuvo un cementerio judío en nuestra capital. Se ubica, a ver cómo os lo explico, por debajo de la Calle de los Canteros, al lado de una especie de carril bici que hay ahí; por encima de La Encarnación. De hecho, es posible que los chalets de esa zona estén construidos sobre parte del cementerio, lo digo por si alguien ha visto Poltergeist.
Sefarad el Jardín puede que se llame así porque anteriormente fuese «Sefarad el Cementerio», o porque consta de bonitos hitos de granito separados entre sí; la verdad es que con esta dispersión no tiene pinta de ser un cementerio, lo cual es de agradecer. Si juntas mucho los hitos y los pones bien alineados, entonces te queda como el cementerio de Arlington, que es un sitio muy triste. Aquí no, se han desperdigado así como al tuntún, diez o doce, y parece más un sitio en el que soltar al perrito a que haga sus cosas. Que no quisiera yo ser irreverente, pero se presta a ello. Igual provocamos la aparición de un Gólem de Praga o algo de eso… aunque si después de la que liamos con el cementerio musulmán no ha pasado nada, va a ser que las únicas maldiciones sobre Ávila son las que ya conocemos: la herencia recibida y la distancia a Madrid. El cementerio musulmán también estaba sefarao del centro, tirando para el lado contrario, no se fueran a mezclar los muertos con los nuestros.
Completa este jardín una especie de losa/rampa de lanzamiento, colocada partiendo de una acera de la C/Canteros, que no parece una lápida porque por el lao de allá vuela como un metro sobre el nivel del suelo (y está claro que por ahí se podrían escapar los zombies). No acabo de encontrar yo mucho sentido a esta especie de plataforma, ni el acabao, ni la concepción. Estéticamente, parece como que esto fuese a formar parte de algo más elaborado, y al final se terminó el presupuesto, apañando la cosa por debajo de donde habían descargao la losa de granito, tal y como quedó.