Entrada principal con banderas

La Biblioteca de Ávila (hay más, pero ésta es la más grande) es un conjunto de 4 edificios que lo disimulan bastante bien, me refiero a lo de ser cuatro, construidos en distintos momentos y en distintos estilos de pedrusco. La primitiva biblioteca era un edificio de planta rectangular con puerta a la Calle El Tostado*, que ahora es la salida de emergencia de la sala infantil. El edificio aprovechó piedras de otros anteriores, más postmedievales, que aparecieron por allí. Así, la fachada principal del siguiente cacho, que mira al patio del Episcopio o Corralón Carmen Pedrosa, tiene pinta neoclásica, con un conjunto de columnas sujetadoras que le dan otro aire a ese lado, esta parte era al principio tenía diferentes usos (auditorio, escuchatorio, etc).

La torre oscura (Barad-Dur)

Al norte de estos chismes hay una torre más alta, con pequeños ventanucos, basada probablemente en la del monasterio de El Nombre de la Rosa (esa con un laberinto dentro y una puerta en la que hay que apretar donde pone Primum Et Septimum de Quatuor para que te envenenen). Tiene piedra de distinto tono, como menos pulida; las ventanas son más pequeñas, casi como arpilleras, y a distintas alturas.

El contraste visto desde Google

Y luego, en el lado contrario, se realizó una circunscripción de otro edificio de planta cuadrada pero al bies, que se intersecciona con los otros en forma de saliente hacia la muralla. Para variar, la piedra del exterior conserva los bordes cortados a escuadra pero los lados frontales cortados a mordiscos.

Y tiene una escultura -altorrelieve- del Camarada donde casi nadie puede verla

La intersección de tanto edificio no plantea problemas en el interior, puedes pasar de uno a otro sin tropezar, y además plantea, aunque a pequeña escala, esas rupturas de formas raras que quedan bien en un edificio de éstos, a costa de cargarse el forjao y reforzarlo con columnas raras y espacios a distinto nivel.

En resumen, para tener tanto empalme mal hecho, luego la cosa no tiene tan mala pinta como podría suponerse. O a lo mejor es que nos hemos acostumbrao de tanto pasar por allí.

(*) El Tostado fue un obispo famoso por el abuso de los rayos UVA para el bronceado.

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