Nuestra ciudad continúa a la vanguardia del rotondismo artistístico. El Monumento al Clickbait es la última muestra; fermosa obra recién ubicada en la confluencia de las Avenidas de Madrid y de los Hornos Caleros. Bueno, la Avenida de Madrid transmuta su nombre por el de Paseo de Don Carmelo* justo ahí, pero viene siendo la misma calle.
¿Qué podemos decir de esta magnífica composición? Nos escasean las palabras… El autor, desconocido (prefiere permanecer en el economato), ha captado como nadie esta sensación que a todos nos invade cuando leemos un titular ponzoñosamente redactado, así como anunciando algo increíble, pero que conduce a una información obvia, falaz o absurda (muchas veces, las tres cosas). Que sabes que va a ser una gilipollez, pero vas y picas. Y era una gilipollez. Siempre.
Dada su ubicación, en la principal arteria** de nuestra ciudad, son millones los abulenses que nos han preguntado, en redes sociales, redes neuronales y redes de calor, por el sentido oculto de este adefesio. ¿Qué es? ¿A qué está dedicado? ¿Qué significa?*** Esto demuestra que la obra ha sido un acierto total, en su concepción, en su desarrollo y en su apoptosis.
Desde este blog tan intrascendente queremos solicitar a los responsables que esta obra permanezca así por los siglos de los siglos, congelada en el tiempo como un permanente “en seguida lo sabréis” que nunca llega a manifestarse, como los reactores de fusión fría. Ni siquiera aunque las figuras emplastificadas oculten chirimbolos de fierro morroñoso podría estar justificado el unboxing. Nada puede ser más bello que lo que nunca has tenido. O, como dicen en ajedrez, “la amenaza es más fuerte que su ejecución”.
(*) Don Carmelo fue un alcalde de Ávila, a principios del XX; se ve que era tan conocido que en la calle sólo figura su nombre, sin apellidos ni títulos.
(**) Es injusto que todavía ninguna urbe le haya dedicado una calle a la aorta, literalizando esta metáfora.
(***) Omitimos la palabra malsonante que normalmente aparece justo en el punto medio de estas interrogativas. Niños, usad esto como pista para saber si las palabras qué, quién, cómo, cuándo llevan tilde:
- «¿Cuándo (…) vienes? : lleva tilde
- «Cuando quiera»: no lleva.