Non Fungible Trisky

Cuando se está en racha, se está en racha. Si la semana pasada informábamos del hallazgo de los Hornos Medievales sin Post; en las obras de escarbación de las otras escaleras mecánicas, las de la Cuesta Antigua, ha aparecido el primer NFT Postmedieval del que se tenga constancia. Y la cosa no termina ahí; ¡¡desde Galería del Halón Disparado lo ponemos a disposición de todos los inversores interesados en hacerse con esta interesante pieza virtual de coleccionista real!!

Fue el pasado 1 de abril cuando los operarios encofradores hicieron el crucial descubrimiento, que se ha hecho púbico ahora. El nivel láser de rincones no paraba de mostrar lecturas extrañas. Al principio, se pensó que el problema venía derivado de la forma de la escalera; ya al tener que construirla sobre una cuesta de pendiente variable, se proyectó como una curva de Laffer, que sobre el papel lo aguanta todo, pero que una vez aplicada empezó a provocar incongruencias.

El arquitecto municipal, tras tomarse la preceptiva copa de coñac y zampuzarse en la cavidad de las escaleras, se colocó en decúbito dorsal a la altura del decimonoveno escalón. Tras unos instantes de desconcierto, pudo detectar el NFT, que hacía vibrar su móvil a pesar de estar en modo avión. La señal blutuz no dejaba lugar a dudas: se trataba de un NFT postmedieval, único en su género, cuyo token probablemente había sido desarrollado en python por el mismo autor del baldaquino sobre el cenotafio de los santos mártires de San Vicente. Los estilos coinciden.

El NFT pudo ser extraido por el concejal de festejos, con su Aifon 43. Para los nativos no digitales, un NFT es una especie de título de propiedad de algo etéreo, un contrato escrito en el equivalente digital de una servilleta de papel pringá de grasa. A todo esto, la ventaja de este hallazgo es que, al ser un mero campo electromagnético adimensional de bits y de bots, no es necesario paralizar las obras de las escaleras, que continúan a buen ritmo. De hecho, ya se ha alcanzado ya el nivel freático, por lo que pronto se comenzará con la instalación del reactor de biomasa y de los reclinatorios.

Y aquí viene lo mejor: como expertos que semos en bloskchein, criptomondongos y treidin, ¡el Ávila Street Museum ha sido el designado para comercializar este NFT en los mercados digitales y en forochoques! Los interesados podéis enviarnos un bizum a nuestros números personales, participando en una proporción alícuota quosque tandem en la propiedad del NFT, mediante un código hush que os remitiremos por correo certificado. ¡Sea usted propietario de un token al que ni siquiera el mismísmio Elon Musk tiene acceso!* ¡Participen en este crowfrungin! Los 100 primeros recibiréis, además, un mordisco del Camarada disfrazado de Rasputín (que es como acude habitualmente a su trabajo).

Enlace al mapa

(*) Nos prohíben exportar el NFT por haber aparecido en una ciudad patrimoño de la humanidad. Pa que veáis lo valioso que es.

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