La escultura de hoy no necesita presentación, pero la vamos a hacer, porque en el Ávila Street Museum somos así de impertinentes. Esta figura tiene una razón de ser, quicir, las otras supongo que también, pero ésta está a la puerta de lo que antiguamente se llamaba Escuela de Artes y Oficios (y hoy supongo que tendrá un nombre mucho más rimbombante). Vamos, es donde hacen el bachillerato esos chavales que se pintan el pelo de colores y saben de lo que va la canción «Lucy in the sky with diamonds» (mi señora fue una de ellas, sé de lo que hablo).
Como no podía ser menos, pusieron una escultura a la puerta; de fierro morroñoso, lo bueno es que es de cuando el fierro morroñoso casi no se conocía por estos pagos, se puede decir que es el más postmedieval de nuestros morroños. Seguro que ahora que está de moda hasta para hacer fachadas de casas de señores ricos no se les habría ocurrido usar este material, los de Artes son así; ahora lo harían de adobe fabricado a la manera de Tombuctú.
Lo he llamado «Pino puente» por fastidiar, porque seguro que el artit-ta que la realizó pensó en otra cosa mucho más trascendental, como dos diapasones copulando; a mí me ha querido recordar algún episodio gimnástico de mi juventud. Ya sé que estrictamente hablando no parece estar haciendo el pino puente, pero los que hicieron gimansia con profesores reconvertidos desde la antigua asignatura de Formación del Espíritu Nacional seguro que recuerdan estas cosas.
Se ubica a la puerta del susodicho centro, en la Plaza de Granada, saliendo hacia la Avda de la Juventud.
Se llama raro el sitio ese. La antigua/nueva escuela de Artes y Oficios.
Nueva porque vino a sustituir a la original Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, que estuvo en el Mercado Chico, sobre el repeso de los guardias, o por ahí).
Como todo puede ir a peor, esto también irá si triunfa la desatinada propuesta que alguien ha dejado caer por ahí y se rebautiza Maruja Mallo.
La primera mujer noprosti que fumó en Arévalo.
Señora que no tuvo apenas nada que ver con Ávila capital