Pululando por el juguete ese que parece que ya no se va a comprar Eloncio Almizcle, me he encontrado con esta maravillosa imagen de un cartel a la entrada de la central hidroeléctrica de Ézaro (el autor de la foto es Javier Pozo Castillo).
Tiene toda la pinta que en algún momento ha habido en esas instalaciones algún accidente laboral y las partes implicadas se han estado dando de palos para determinar la responsabilidad acerca del mismo. Me encantan este tipo de carteles. Es por eso que me fascina esta joya en el recinto de la Ermita del Cristo del Caloco, en la provincia de Segovia.
¿Qué cojones ha tenido que pasar ahí para que «no enterrar urnas funerarias» aparezca antes que «no jugar a la pelota»? Sólo podemos imaginarlo. Pero, joder, qué historia tiene que ser…